El sistema de carga inalámbrica se basa en el principio de inducción magnética. Consiste en dos componentes principales: una estación de carga instalada en el suelo o en una plataforma y una unidad receptora instalada en el automóvil eléctrico. La estación de carga genera un campo magnético que transfiere la energía hacia la unidad receptora del vehículo, que a su vez la convierte en energía eléctrica para cargar la batería.
Una de las principales ventajas de la carga inalámbrica es la comodidad que ofrece a los propietarios de vehículos eléctricos. Ya no es necesario conectar físicamente el automóvil a un punto de carga, lo que elimina la necesidad de lidiar con cables y conectores. Basta con estacionar el vehículo sobre la estación de carga y la transferencia de energía comienza automáticamente. Esto simplifica el proceso de recarga y ahorra tiempo y esfuerzo al conductor.
Otra ventaja significativa de la carga inalámbrica es la mayor seguridad que ofrece en comparación con los sistemas de carga con cables. Al no haber contacto físico entre el vehículo y la fuente de energía, se eliminan los riesgos de daños por desgaste o rotura de los cables. La carga inalámbrica está diseñada con medidas de seguridad para detectar objetos extraños en la superficie de carga y apagar el suministro de energía si es necesario, evitando posibles accidentes.
La carga inalámbrica también puede ser una solución para la infraestructura de carga de vehículos eléctricos en espacios públicos. Al instalar estaciones de carga inalámbrica en estacionamientos, calles o áreas de carga designadas, se facilita el acceso a la recarga de los vehículos eléctricos sin la necesidad de construir una infraestructura compleja de cables y enchufes. Esto puede fomentar la adopción de vehículos eléctricos al hacer que la recarga sea más accesible y conveniente para los conductores.
Hay sin embargo algunos desafíos asociados con la carga inalámbrica que deben abordarse. Uno de ellos es la eficiencia de carga. Actualmente, la carga inalámbrica puede tener una eficiencia ligeramente menor en comparación con la carga con cables. Esto se debe a las pérdidas de energía que ocurren durante la transferencia inalámbrica. Sin embargo, los avances en la tecnología están mejorando constantemente la eficiencia de carga y se espera que estos sistemas sean cada vez más eficientes en el futuro.
Por otro lado, la infraestructura de carga inalámbrica debe expandirse y estandarizarse para garantizar la compatibilidad entre diferentes fabricantes de automóviles y estaciones de carga. Esta tecnología está actualmente en una etapa de desarrollo avanzado, pero aún no extendida como la carga convencional mediante enchufe. Un estudio publicado recientemente en reportlinker.com indica un futuro comercial muy promisorio para la carga inalámbrica. Se estima un crecimiento anual promedio del 50,9 % entre 2021 y 2027.
Gustavo Jose Andrade es Director de Andrade Service y autor del libro automóviles híbridos y eléctricos. Además, en su taller se especializa en diagnóstico y reparación de autos
www.automovileshibridosyelectricos.com.ar
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