Para esta nueva crítica les traemos un auto que es la viva imagen del "lujo americano" el Chrysler 300C 2014. Cuenta con un motor V6 de 286 CV bajo el capot, que remplaza al V8 que venia en la generación anterior del 300 C. Confort y suntuosidad interna, son otras de sus virtudes.
El 300 de Chrysler es el heredero directo, por carácter y apariencia de aquel maravilloso auto que vio la luz en 1955, que fue discontinuado quince años más tarde y que renació a principios de este siglo. Se trata de un auto de gran tamaño, más de cinco metros de largo y casi dos de ancho, fiel exponente del espíritu americano en cuanto a la producción automotriz, por tamaño y potencia de su motor y también por su tracción trasera, su caja de cambios automática y su gran equipamiento.
El aspecto suntuoso de su exterior tiene su correlato en un habitáculo en donde, antes de gozarlo, se adivina el confort. El cuero de los tapizados y la madera presente en inserciones en paneles y en apliques muestran la calidad de los materiales y la aplicación esmerada de la mano de obra. Algo criticable es el hecho de que el auto no permite que un quinto pasajero viaje cómodamente, porque si bien hay lugar para este quinto pasajero, el espacio es muy pequeño e incomodo a causa del túnel por el que corre el cardan hacia el tren trasero. El baúl tiene una capacidad de 460 litros. Otro dato a criticar es que la rueda de auxilio es de tipo temporal.
El tablero de instrumentos no hace alarde de originalidad, pero es claro y funcional, con dos grandes cuadrantes redondos para velocímetro y cuentavueltas con agujas, con dos cuadrantes auxiliares para combustible y temperatura del motor. En el panel frontal, sobre la consola, se encuentra la pantalla de 8” del navegador que también provee indicaciones sobre el audio (con lector de DVD, USB y auxiliar). Sobre el display muestra la hora en un reloj analógico que cuenta con apliques simil metal. La posición de manejo es buena gracias a una adecuada profundidad de la pedalera que se ajusta eléctricamente como las butacas que son muy ergonómicas.
Hasta no hace mucho, la motorización que traía este auto era un V8 de 5,5 litros del tipo Hemi, que ya no está disponible; esta última serie incorpora en cambio un impulsor Pentastar V6 que se conecta a una caja automática de ocho marchas, en la que los dos cambios superiores están desmultiplicados a 0,84 y 0,67 a uno, lo que acrecienta no sólo su economía sino también lo silencioso de su funcionamiento. La caja puede manejarse desde levas tras el volante con una opción S (deportiva). La respuesta no es tan rápida, pero administra correctamente el generoso par motor máximo de 340 Nm.
El equipamiento incluye asientos calefaccionados (también los del sector trasero) y ventilados (solo los delanters) según sea la temperatura exterior, lo más curioso es que el volante multifunción también puede calentarse. Otros ítems destacables son el techo solar panorámico y el climatizador de dos zonas.
En cuanto a seguridad, la dotación es muy completa, incorporando siete airbags, incluyendo el de rodilla para el conductor, faros de xenón, luces para niebla adelante y atrás, controles de tracción y estabilidad, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, lavafaros y cámara de marcha atrás que se refleja en la pantalla del GPS al conectar la reversa.