Cuenta ahora Ford que, cuando Alan Mulally llegó al máximo cargo de la compañía, Bill Ford le encargó buscar y formar a su sucesor. Y estamos hablando de ocho años atrás. El elegido resultó ser Mark Fields, algo que se sabía ya desde hace tiempo.
Fields lleva todo este tiempo trabajando en la sombra, en cierto modo. Fue uno de los ideadores de la estrategia global "One Ford", por la que el fabricante de Michigan produce ahora coches pensados para venderse en todos los mercados del planeta, en lugar de crear productos individuales para cada mercado. Ahora sabemos que Fields, a partir del 1 de julio, será el nuevo CEO de la firma.
Curiosamente, Alan Mulally, que ha logrado una épica gesta de poner en la senda de las ganancias económicas a Ford tras tres reestructuraciones fallidas de sus antecesores, había prometido quedarse todo 2014 en la compañía. Su escarceo con Miscrosoft el año pasado, que no llegó a buen puerto, ha acelerado la presión por parte de los accionistas por buscarle relevo.
Y es que muchos señalaban como punto flaco de Ford el hecho de la inminente partida de Mulally, en edad de jubilarse. Mulally no se jubilará, pero parece que pasará a formar parte de algún consejo directivo, abandonando su actividad como consejero delegado.
A Fields le queda ahora todavía mucho trabajo. One Ford funciona, sin duda, y podrá usar esta estrategia como cimientos para su desarrollo. De hecho, no ha tardado Fields en decir lo que los inversores querían escuchar: "No cambiará nada o casi nada". Y es que cuando algo funciona... ¿por qué tocarlo?
Con el barco bien encaminado, el primer éxito que Fields se podría apuntar es el de ver a la división europea de la firma del óvalo azul volver a los números negros, algo que ya tienen al alcance de los dedos. Pero será en el mediano plazo, cuando toque tomar nuevas y grandes decisiones cuando veamos realmente de lo que es capaz este empleado de Ford, que lleva 25 años en la compañía.
